Tocando el Cielo....

...Siempre es mejor ver el mundo al revés...

Los sueños despiertos.

Cuando no se sabe adónde ir, nunca se llega a donde no se sabe. Cada uno a su manera guarda en el cerebro un surtido de objetivos que algún día desearía hacer realidad, porque los intuye como logros para su bien personal e incluso su felicidad.
Conseguir la armonía con quienes hay más proximidad de cerebro y alma, establecer una nueva relación que excite los poros, descubrir ese alguien que apague las soledades, hacer posible ese viaje o aquel trabajo, leer y asumir aquel libro, adelgazar aquellos kilos… una infinidad de objetivos e ideales, de sueños personales e intransferibles que vamos construyendo y tejiendo a lo largo de nuestra vida.
Es lógico que muchas de nuestras actuaciones las hagamos pensando en hacerlos posibles, porque cuanto más se pierde el tiempo, el tiempo menos responde. La intención y el esfuerzo para conseguir lo soñado siempre estiran la energía, hinchan la pasión y optimizan las neuronas: nos hacen vibrar, que es la forma más llena y bella de vivir.
Incluso en las épocas de mayor abatimiento, cuando el suelo se nos ha vuelto barro y el aire arena, hay que formularse un deseo posible, asirse a un ideal y concentrarse en conseguirlo, porque sólo ahí es donde encontramos el ápice de energía que nos permite sentir en nuestro interior una lejana y a veces casi imperceptible vibración: la del retorno a la vida.
Siempre hay que soñar… incluso para seguir bien despierto.

Ángela Becerra



Isa...*

2 coments!:

ThreeStarS dijo...

Hoy me kedo con estas frases...toi un poco pesimista...

"Cuando no se sabe adónde ir, nunca se llega a donde no se sabe".

"cuanto más se pierde el tiempo, el tiempo menos responde".

Esto es lo q me falta...

"Incluso en las épocas de mayor abatimiento, cuando el suelo se nos ha vuelto barro y el aire arena, hay que formularse un deseo posible, asirse a un ideal y concentrarse en conseguirlo, porque sólo ahí es donde encontramos el ápice de energía que nos permite sentir en nuestro interior una lejana y a veces casi imperceptible vibración: la del retorno a la vida".

Lo siento por no escribir un comentario propio... no soy capaz de ser una creadora, sino una plagiadora... :(

6 de febrero de 2009, 13:59  
Alex dijo...

Lo voy a decir de manera resumida, que luego dicen que me enrollo demasiado, jejeje: Me encanta la entrada, Isa. Aunque hay algo que no me termina de cuadrar...

"Cuando no se sabe a dónde ir, nunca se llega a donde no se sabe." No sé si he interpretado bien o no lo que la autora quiere decir, pero para mi, la vida es un barco sin rumbo fijo, aunque con destino asegurado, donde lo importante no es dónde irá el barco, si no cuantos mares cruzaremos en él.

No puedo menos que poner las palabras del genial Machado:

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino,
sino estelas en la mar...


Andar por la vida implica subir cuestas, pero también bajarlas; podemos ir por ella sólo, o rodearnos de gente que nos quiera; podremos querer acelerar el paso, y otras ir más despacio, pero ella marcará su propio ritmo.

Salvo que algunos místicos tengan razón, ésta senda sólo la recorreremos una vez. Aprovechemos y disfrutemos en la medida de lo posible del paisaje. Unas veces será primaveral y otras frío como el crudo invierno. Pero hasta del más oscuro color que pinte ese horizonte, es posible sacar belleza y dejar que nuestro corazón se inspire. No te obceques en tu pesar, pues las lágrimas de pesimismo que empañan tu mirada, no te dejarán ver el amanecer del nuevo día.

Uf, lo dejo ya, que me se me esta yendo esto de las manos y veo que suelto la parrafada madre (mayor aún).

Besitos, estrellas.

7 de febrero de 2009, 2:05