Tocando el Cielo....

...Siempre es mejor ver el mundo al revés...

Ir o esperar...

La vida no nos espera; somos nosotros quienes tenemos que ir a buscarla.

Y el momento siempre llega: es cuando necesitamos pensar que algo muy deseado nos saldrá bien, que hoy es la nublada vigilia de un largo mañana de sol. Nos alimentamos con bocaditos de confianza, sopitas de autoestima y helados de ansia. Pero lo que queremos que ocurra allí sigue, detenido en el híbrido tiempo de las esperas sin eco, luz ni reloj.

Y entonces reflexionamos, que es ese flexionar-nos sobre nosotros mismos para mirarnos de frente, mientras buscamos murmullos de respuesta en nuestro torrente de dudas. Penetramos en la esencia del ser, cuando las raíces se alzan buscando luz y los sueños descienden buscando pistas en que aterrizar.

Son momentos trascendentes en la vida, porque quien la está decidiendo es el único que la vive de principio a fin, segundo a segundo y con todas sus consecuencias: somos nosotros dentro de nosotros.

A lo que queremos que sea nunca hay que huirle, porque si lo hacemos difícilmente será. Unas veces habrá que esperar y otras actuar; habrá que decidir entre la presión y la sutileza, la razón, la emoción, la conmoción, la pasión... porque cada roce requiere su tacto.

Y al final, vibrando por el sí, estar mentalizados para un no. Porque en lo que para nosotros puede llegar a ser la cumbre, el no luchado nos construye mucho más que la indiferencia sin historia ni orgullo.


Ángela Becerra
Decepcionada con el viento, porque se llevó aquellas palabras que tanto me gustaba recordar.

Vaciando mi mochila de recuerdos....



Isa...*

1 coments!:

Alex dijo...

Te voy a matar, Isa, por hacerme pensar, jeje

No me extraña que te guste Angela Becerra escribiendo cosas así. Mi opinión, ahora un poco más meditada, te la explico luego si quieres. Este no creo que sea el lugar apropiado.

Sólo decirte una cosa: no pagues con el viento el que se lleve las palabras, pues no te extrañe que te sorprenda cualquier día un susurro en aire y te las traiga de vuelta o, lo que puede ser mejor, que se las haga llegar a otras personas.

Por cierto, yo estoy cambiando la mochila por un set de maletas de viaje o, a ser posible, por una bolsa sin fondo. Ahora no recuerdo dónde ni a quién, pero sé que una vez leí algo con lo que comulgo a ojos cerrados: somos lo que recordamos, lo que olvidamos ya no es nuestro.

Un besazo!

24 de mayo de 2009, 13:29